domingo, 3 de abril de 2016

1 de abril...¡a evaluar!
En la clase de hoy, hemos estado hablando en su mayoría del tema de la evaluación.
En la antigüedad, se encargaba la evaluación a los matemáticos, es por ello que la evaluación a día de hoy, se realiza con números intentando ser objetivos. Este tipo de evaluación es bueno porque es objetivo, pero no valora todo lo bueno del alumno. Cuando nos evalúan, se rinde más, nos hace estar más en alerta, pero este estado de alerta, nos `produce estrés.
Es muy importante no confundir la evaluación (valoración de los hechos), con calificación (una nota).
La evaluación va en consonancia con los objetivos. La tendencia es hacer una evaluación continuada.
Tipos de pruebas que se pueden realizar:

  • Informales: las que hacemos directamente en clase.
  • Formales: exámenes.
  • Observaciones en el aula con agentes externos o internos.
La evaluación dinámica no es fija, se van haciendo cambios continuamente para mayores mejoras y mayor rendimiento de los alumnos.
A continuación de la explicación del concepto y tipos de evaluación, estuvimos viendo el trabajo de un famoso artista, Juan Francisco Casas, que se caracteriza por hacer pinturas muy realistas simplemente con bolígrafos bic. Trata de hacer retratos en los que se ve a los artistas haciéndose "selfies" en los que se muestran temas que podrían estar mal vistos en la sociedad como por ejemplo desnudos.


Tras hablar del trabajo de Juan Francisco Casas, la profesora nos propuso una actividad para hacer en grupos. La actividad consiste en responder las siguientes preguntas:

¿Cómo llevaríamos el trabajo de Juan Francisco Casas a un aula de niños de 10 años? ¿Qué evaluar? ¿Cómo evaluar? ¿Qué habría que tener en cuenta?

Llevaríamos fotografías de contenido social, de la vida cotidiana que la sociedad esconde (hombre pegando a una mujer, una persona en el baño...). A continuación, veríamos las reacciones de los niños a estas imágenes y evaluaríamos  lo que piensas sobre esas acciones y sobre si deben enseñarse y hablar de ello o deben esconderse como se hace en la sociedad. Para evaluar este ejercicio, plantearemos una actividad que consiste en que cada niño haga un dibujo de algo que le acompleje a él mismo o algo que crea que está mal visto en la sociedad y que querría cambiar. 
Después de todo esto, lo que tendríamos que tener muy en cuenta, es la percepción que tienen los alumnos sobre la sociedad que les rodea y si son partícipes de ello, o por el contrario, lo critican.

Por último, el consejo que no nos dan las madres: las cosas cambian en un segundo, incluso de vivo a muerto.



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